Los Mejores Ingredientes

Hay ingredientes que no se eligen; se revelan. Aparecen en el momento exacto, con la luz precisa, bajo el rocío del amanecer que sólo la montaña conoce. Así nacen nuestras fórmulas: no de una lista, sino de un encuentro.

En la cara norte de Sierra Nevada, a más de mil cuatrocientos metros de altitud, crecen flores silvestres que conservan una fuerza sutil. Junto a la balsa de Alcázar, en el viejo camino cercano a las presas y las viejas minas del geoparque de Guadix, resuenan nuestros campos.

Es allí donde comienza todo. Las plantas se recogen con respeto, justo antes de su máxima floración, para que conserven el impulso vital que las hace únicas. A lo largo de los años, hemos aprendido a esperar su ritmo y a escuchar su lenguaje.

Entre nuestros ingredientes más preciados se encuentran las esencias florales —incluyendo el sistema de Bach y otros desarrollos florales contemporáneos— actúan como catalizadores. Son el hilo invisible que une los elementos, el primer susurro del producto antes de tocar la piel.

Cada ingrediente que usamos ha pasado por un proceso lento, respetuoso y profundo. No solo por su calidad, sino por su historia, su origen y su potencial para sanar.

Trabajamos con lo que permanece, con lo que ha demostrado su fuerza a lo largo del tiempo. No hay secretos. Solo verdad botánica, paciencia y manos que saben esperar.